MEDITACIONES CON SONIDOS:

Los sonidos de los cuencos tibetanos, de cuarzo y otros instrumentos de sanación, producen vibraciones que estimulan los líquidos del cuerpo. La vibración viaja mejor por medios acuosos. Es a través de estas vibraciones que podemos re-equilibrarnos. Con el sonido disolvemos bloqueos, la mente se aquieta y podemos alcanzar estados de profunda paz.

La frecuencia producida por los cuencos tiene el poder de hacer vibrar los átomos y reorganizarlos en una estructura cristalina más armónica.

El sonido y la vibración equilibran el campo energético, los chakras y el cuerpo físico. Por medio del sonido es posible cambiar los ritmos de nuestras ondas cerebrales, así como el latido de nuestro corazón y nuestra respiración.